viernes, 12 de mayo de 2017

Reseña: El hijo de Neptuno


¿A qué juegan los dioses del Olimpo? Gaia, la madre Tierra, está despertando a un ejército de monstruos para acabar con la humanidad... y ellos se entretienen mareando a los semidioses, los únicos que pueden derrotar sus perversos planes.

Ahora han mandado a Percy al campamento Júpiter casi sin recuerdos y con la inquietante sensación de que él,el griego, es el enemigo. Por suerte, contará con el apoyo de Hazel, una chica nacida hace más de ochenta años, y de Frank, un muchacho que todavía no sabe muy bien cuáles son sus poderes (ni si los tiene).

Juntos deberán emprender una peligrosa expedición para liberar a Tánatos, el dios de la muerte, de las garras de un gigante...

¡Buenas tardes a todos y todas! Como podrán haber visto (y espero que así sea) hace unos días les traje la reseña de del primer libro de la serie Los héroes del Olimpo de Rick Riordan: El héroe perdido, por lo que hoy les traigo la de El hijo de Neptuno, el segundo libro de la serie. Estoy tratando de intercalar las reseñas para no traerles todas la reseña de la serie juntas.

Este segundo libro está ambientado en el Campamento Júpiter, el otro campamento de semidioses cuya existencia conocemos recién al final del libro anterior. El mismo está centrado en Percy Jackson, Hazel Levesque y Frank Zhang.

Como en el caso de Jason del libro anterior, Percy no tiene recuerdos de quién es más que el nombre de Annabeth, su novia. Él es guiado por los lobos familiares de la mitológica loba Lupa hasta el Campamento Júpiter, y tiene que enfrentarse a diversos monstruos en el camino; pero hay un inconveniente: por más que los mate los monstruos no se quedan muertos, se vuelven a regenerar enseguida, lo cual es muy extraño y tendrá una explicación más adelante en la historia.

Percy descubre la existencia de los semidioses romanos y por lo tanto él cree que también lo es, aunque en realidad pertenece a los griegos pero la diosa Hera (o Juno para los romanos) lo envió allí como forma de intercambio de líderes (por eso Jason estaba en el Campamento Mestizo) para que ambos campamentos salvaran sus diferencias y trabajasen juntos para vencer a Gaia, la diosa de la tierra que estaba despertando para destruir tanto a dioses como semidioses por igual.

Luego de ser aceptado en el campamento tanto Percy como Hazel y Frank deben embarcarse en una misión propiciada por una profecía en la cual deben viajar a la tierra más allá de la influencia de los dioses para liberar a la muerte de su aprisionamiento y recuperar el águila de oro insignia de los romanos perdidas décadas atrás y volver al campamento antes de que este sea atacado por un ejército de mostruos liderado por uno de los hijos gigantes de Gaia.

La misión los llevará a diferentes lugares de la costa oeste de Norteamérica y entrañará diversos peligros. Veremos a monstruos conocidos de libros anteriores y conocemos a otros nuevos pero sobre todo el libro tiene la intención de demostrar la fuerza del sacrificio ya que hay personajes que por más que sepan que sus vidas podrían depender del éxito de la misión aún así hacen lo posible por hacer lo correcto anteponiendo sus propias vidas por el bien mayor.

Esta parte de la historia me gustó mucho, más que la anterior al tratarse de una mitología nueva, al menos de nombre, ya que las personalidades de los dioses griegos cambiaron cuando se volvieron romanos (aunque de todas formas los prefiero como griegos) lo cual me parece interesante. Lo único que tengo para criticar es que la vida en el Campamento Júpiter me parece un juego de rol, ellos de verdad creen que son guerreros romanos y que mantienen viva la grandeza de Roma, cuando en el Campamento Mestizo los residentes no creen ciegamente que son griegos sino que saben que son hijos de dioses y la existencia de los seres mitológicos pero hasta ahí llega su relación con la historia, no pretenden mantener viva la idea de que forman parte de la antigua Grecia.

Aquí les dejo el primer capítulo como siempre y nos vemos en la próxima reseña 😘


 


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